miércoles, 25 de agosto de 2010

¡MORALMENTE INJUSTO-UTILITARISTAMENTE IMPECABLE!


El UTILITARISMO Ha de entenderse como aquella doctrina moral que hace del principio de la “mayor felicidad” el criterio último de la acción, sea ésta privada o pública, es decir, el utilitarismo es considerado como la promoción de la felicidad, no la del sujeto en cuanto la individualidad sino-podría llamarse-la felicidad colectiva.
La categoría o clasificación de una acción como correcta se halla determinada por la producción más duradera de la felicidad colectiva, tal es el caso que la multiplicación de la felicidad es un fin tan elevado que es justificable cualquier medio que resulte útil para alcanzarlo. Se sobrentiende ahora que el utilitarismo desvaloraliza las normas morales tradicionales al negar su presunta capacidad para orientar la conducta: se aparta entonces de su máxima “el fin no justifica los medios”.
Presentamos ahora, en nuestro contexto formativo sacerdotal, un caso cercano o por lo menos conocido a fin de que ustedes queridos compañeros juzguen tomando en cuenta lo anteriormente definido y especificado como una acción correcta o no.
“Es bueno que muera un hombre para que no perezca todo un pueblo”, éste fue el argumento de Caifás al entregar a Jesús a una muerte más que probable. Ahora bien, ¿creen ustedes que la acción realizada por el sumo sacerdote, según la doctrina moral del utilitarismo es impecable?

ÉTICA HEGELIANA
Siempre se le ha resaltado a la persona su característica como ser social y muchos son los ambientes que la persona frecuenta en donde de una u otra manera está llamada a relacionarse para el positivo desarrollo de su personalidad. Para Hegel la ética está orientada por el principio de la liberación del hombre de sí mismo hacia una realización en la comunidad, en la vida social.
Hablar de la ética en Hegel es hablar de unos deberes éticos obligatorios que aunque a primera vista parecieren coaptar o limitar la libertad de la persona, en realidad es vista como una especie de redención del individuo mismo respecto de sus impulsos naturales.
La ética hegeliana o como el mismo la llamaría eticidad hegeliana se desarrolla en tres grandes momentos:
1. La familia: unidad fundada por el amor, que se realiza en el matrimonio, en la propiedad familiar y en la educación de los hijos, todo lo anterior justificado por la conciencia de la unidad.
2. La sociedad civil: se constituye por el conjunto de personas (flias., individuos) en una comunidad en el cual se fundan y aseguran los intereses, el bienestar y los derechos de todos.
3. El Estado: considerado como la sustancia de la ética en donde el individuo es consciente de ser miembro de la totalidad, sin que su propia particularidad sea anulada, sino más bien completada. El Estado es una síntesis de los dos momentos ya mencionados cuyos derechos o intereses no anulan, antes bien, da cumplimiento pleno. En conclusión el ideal de Hegel en cuanto a la ética es el crecimiento de una conciencia de los individuos hacia una autoconciencia universal, es decir la identificación de la voluntad individual con la universal.

“La conciencia individual de las personas encuentra su realidad en el espíritu del pueblo”
Hegel
JESÚS ALBERTO DONCEL
II DE FILOSOFÍA

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