miércoles, 18 de agosto de 2010

ANIMAL DOMÉSTICO

Agustín era un joven de 20 años, algo menudo, bajo de estatura, pero bastante inteligente para su edad; además de ser estudiante de derecho, Agustín era líder de un grupo de juventudes activistas, con principios de equidad para todos, oportunidades laborales y propuestas de cambio social, principios posiblemente heredados de su anterior actividad como líder juvenil católico.
En una de sus clases magistrales, Agustín tomó la palabra para iniciar un discurso, que a simple vista parecía ser político, pero que en realidad se encaminaba a una reflexión ética. Interroga a sus compañeros cuestionándolos con una pregunta a la que muchos no supieron contestar: ¿qué es la cultura? Para él, de acuerdo a sus investigaciones, la cultura es una dimensión del hombre, por la que es necesario expresar la vida, buscando la perfección de la misma. Ella contribuye a la constitución de principios éticos, no sólo del grupo de estudiantes presentes, sino principios comunes a todos los ciudadanos. Agustín pensaba de esta forma porque en el grupo había quienes lo contradecían, y él veía en ellos acciones voluntariosas, razón por la que se refiere a la “sana voluntad”, es decir, la voluntad en sí, que determina la conducta social: “no todas mis acciones y sus acciones utilizan la razón –dijo Agustín- pero la voluntad siempre la utilizará, y ustedes saben de qué hablo”. En el salón había opositores políticos y oportunistas. Entonces, Agustín hace reminiscencia de ilustres filósofos antiguos, manifestando que principios en la Antigua Grecia, como la Prudencia, el Placer y el Poder, eran comunes para discernir lo bueno y lo malo.
Agustín conocía bien los orígenes de la ética, y se los comentó brevemente a sus compañeros. Sabía que los presocráticos se preocupaban por descubrir las razones por la que el hombre tiende a estandarizar su comportamiento. Sócrates es pionero en referirse a una reflexión de la ética autónoma. Aristóteles habla de las virtudes éticas y dianoéticas, refiriéndose a las primeras como prácticas y las otras como intelectuales. Más adelante, los estóicos encaminan la ética a una disciplina de vida concreta: sabio es quien vive de acuerdo a la forma de vida de la naturaleza. Por todo esto y por mucho más, Agustín exhorta a sus compañeros alegando que nuevamente aparecen discursos sofistas en plazas públicas, fundadas en principios edonistas y otros, como en la Antigua Grecia. “Si tan sólo fueran conscientes de su actuar, si les diera la gana de regular su moral harían un mejor lugar para el bienestar de todos, y no sólo el de ustedes”, dijo Agustín.
Hubo quienes pensaron que Agustín era un filántropo o hasta un Cristo. Era sólo un joven que soñaba, como muchos otros, con un mejor lugar, en donde la armonía social se regulara por la voluntad de cada quien; era por eso conservaba en su forma de vida el imperativo categórico: “Actúa de tal manera que la máxima de tu voluntad pueda valer como principio de legislación universal” (Kant).
Óscar Iván Espinel
Farid Yéferson Urrego
Norberto Pineda

3 comentarios:

  1. Según entiendo por animal doméstico es el proceso por el cual una población de una determinada especie pierde, adquiere o desarrolla ciertos carácteres morfológicos o de comportamiento, y cuyo resultado se debe a una interacción prolongada y de una selección deliberada por parte del ser humano, me parece adecuado el título para el tema pero faltó darle un poco más de realce en el contenido en cuanto que en la conducta del hombre se ve su grado doméstico.

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  2. John Alexander Espinosa18 de agosto de 2010, 9:01

    Me agrada la forma de argumentación del texto, es agradable y estoy deacuerdo cuando se refiere a que estamos también sujetos a otros elementos condicionadores,diferentes a la voluntad y la razón, como lo son la historia, el ambiente cultural, el nivel educativo, entre otros, que estan sujetos a normas determinadas en miras al bien común. Ojalá todos usaramos las leyes con un propósito de bien común y no de abuso individual.

    Alexánder Espinosa

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  3. La presentaciòn del texto es interesante pero el contenido no deja de ser una muy breve aproximaciòn a las reflexiones de algunos autores en torno al problema ètico.
    ¡Argumentaciòn, compañeros, argumentaciòn!

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